por Emile Benveniste
Ha resultado imposible hasta la fecha establecer que haya animales que dispongan, así fuera en forma rudimentaria, de un modo de expresión que tenga los caracteres y las funciones del lenguaje humano. Las condiciones fundamentales de una comunicación propiamente lingüística parecen faltar en los animales.
El hecho ha sido observado desde hace mucho que las abejas tienen modo de comunicarse entre ellas. La prodigiosa organización de sus colonias, sus actividades diferenciadas y coordinadas, su capacidad de reaccionar colectivamente ante situaciones imprevistas, hacen suponer que tienen la aptitud de intercambiar verdaderos mensajes.
Debemos a Karl von Frisch (profesor de zoología) a partir de sus experiencias e investigaciones encontró una explicación sobre la comunicación entre abejas.
En pocas palabras a partir de observar un panal transparente y marcar a la abeja que regresa de encontrar comida, esta abeja comienza a hacer una danza hacia sus compañeras, la danza está compuesta de 2 partes, una consiste en volar en forma de circulos horizontales y la otra en volar en forma de 8 mientras agita el abdomen uwu.
Los podemos considerar como verdaderos mensajes ya que la abeja mediante estas dos danzas puede indicar tanto la distancia como la dirección de dicho botín.
Una vez que el resto de las abejas interpretan el mensaje salen hacia donde se encuentra el botín.
Estos descubrimientos fueron importantes para los estudios de psicología animal. Algo que se remarca sobre las investigaciones de K.V. Frisch, es que por primera vez estamos en condiciones de especificar con alguna precisión el modo de comunicación empleado en una colonia de insectos; y por primera vez podemos representarnos el funcionamiento de un “lenguaje” animal.
Es de utilidad señalar qué es o no un lenguaje y cómo estas observaciones ayudan a definir, por semejanza o por contraste, el lenguaje humano.
Las abejas son capaces de producir y comprender un mensaje que encierra varios datos, registrando posición y distancia, a la vez que la conservan en “memoria”, pueden comunicarlas simbolizándolas por diversos comportamientos.
El hecho notable es que son capaces de simbolizar, existe una correspondencia entre su comportamiento y el dato que se traduce. Esta relación es percibida por las demás abejas y se toma motor de acción. Acá apreciamos la capacidad de formular e interpretar un “signo” que remite a cierta “realidad”, la memoria de la experiencia y la aptitud para descomponerla (esto es una condición para que exista un lenguaje).
Dentro de todo el procedimiento de comunicación de las abejas se encuentran algunas semejanzas y diferencias con el lenguaje humano
Semejanzas: