Definición y utilidad de la argumentación

La argumentación es una práctica discursiva que apunta a convencer y persuadir sobre un asunto particular, sobre el cual podrían existir diversas opiniones. Para lograrlo, el argumentador presenta razones o argumentos que permitan validar su posición.

El objetivo de la argumentación es provocar la adhesión a nuestra tesis a un público determinado. Para quien argumenta, el público siempre es una construcción más o menos definida y, según la forma en que se construya, el enunciador adaptará su discurso y los medios que empleará para persuadirlo.

La argumentación es parte de nuestra vida cotidiana por ejemplo, un adolescente intenta convencer a sus padre para que les permita ir a bailar. No por ser informal deja de ser argumentación.

También tenemos que comprender la tesis que es una idea especifica que vamos a defender, es un enunciado declarativo, suele ser una afirmación pero nunca una pregunta.

Conocer los aspectos fundamentales de la argumentación, nos brinda la posibilidad de reflexionar sobre el carácter persuasivo del lenguaje y nos permite descubrir los recursos argumentativos que tenemos a disposición para defender nuestras ideas. Además, nos ayuda a identificar y a interpretar las estrategias que se utilizan para convencernos.

Persuadir, convencer, manipular e influir.

Estos tres conceptos están relacionados con la argumentación y son similares entre, cotidianamente se suelen confundir por eso ahora los voy a desarrollar por separado.

La persuasión pretende modificar una idea o concepto del interlocutor. Se persuade cuando conseguimos que alguien crea, quiera o haga algo que nosotros queramos. Pero las personas llegan a persuadirse cuando por sus propios pensamientos y sentimientos logran aceptar propuestas o sugerencias.

Tanto el acto de persuadir como el de convencer están vinculados con la argumentación y buscan que el interlocutor se adhiera a un punto de vista determinado,

La diferencia entre persuadir y convencer radica en la manera que utilizan la argumentación para lograr que el interlocutor se adhiera. Persuadir es una actividad que está más orientada a lo emocional, mientras que el acto de convencer está más orientado al intelecto y a la utilización de razonamientos lógicos.

La manipulación por su parte se diferencia porque se intenta convencer pero con una intensión por detrás, por ejemplo se puede omitir una opinión con la que el oyente no estaría de acuerdo o también se puede distorsionar la realidad. Para concluir, el objetivo de la manipulación es que el oyente no descubra la intención y acepte la opinión, de esa forma el manipulador se beneficia y cumple sus intereses personales.

En cuanto a influir se intenta convencer pero puede producirse sin intención, influimos sin querer, por ejemplo con nuestro comportamiento o forma de vestir.

Tres elementos de la argumentación/persuasión

<aside> ⚠️ Averiguar si se trata de argumentación o persuasión

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El interés por la argumentación comienza con la retórica clásica, cuando se formulan los principios de persuasión en los discursos públicos e institucionales. La retórica clásica propone tres elementos como pilares de la persuasión. Ellos son:

Desde ese punto de vista, es importante que el argumentador pueda construir una imagen de sí mismo que genere confianza. Un buen argumentador razona bien, es moderado, valiente y se preocupa por los intereses de sus interlocutores. Asimismo, utiliza razonamientos lógicos, pero también apela a las emociones, ya que de esa forma puede inducir a los oyentes a un estado de ánimo determinado y los predispone a transformar una actitud.